Rol Ecchi Hetero /KandaxYoru

Aquella misma noche estaba más pensativa de lo normal, no podía dormir, había algo que le pasaba constantemente por la mente, aparte de las frecuentes pesadillas de todas las noches en las que no podía dormitar. Pero aquélla era diferente. No podía parar de pensar en algo.. o alguien.. Y ese alguien se estaba apareciendo en cada sueño como si fuesen los propios deseos de la Capitana estar siempre con él..: el propio Kanda. Deseaba ir a donde vaya, siguiendo el camino recto, y ayudarle a que no se equivoque y tome un camino que posiblemente sería el incorrecto. Deseaba estar a su lado, protegerle, como él le protegía a ella. No poseía a nadie más que no sea más de confianza que el mismo Kanda. No sabía las razones verdaderas, pero lo único que sabía era que deseaba ir con él, pese a lo difícil que sea el camino a recorrer. Su cabello largo, siempre lacio y suave, esos ojos negros azabache que parecían piedras preciosas, donde se reflejaba la misma noche y se asemejaba a la misma, y esa personalidad que poseía, le encantaba.. aunque él se hubiera comportado mal con ella algunas veces. Deseaba defenderle, pese a saber que se puede defender él por sí mismo, pero es un pensamiento casi inevitable.. Yoruichi Shihouin iba vestida con un tradicional traje japonés blanco perla, con el cinto tradicional color rojo y una fina cadena plateada con una joya plateada, regalo de Kanda de hace muchos años. Llevaba calcetines tabi y zapatos tradicionales japoneses.

Le gustaba la sola compañía de su único y mejor amigo Kanda, su peliazulado mejor y único amigo, pese a que éste fuese de carácter duro, frío, serio y arisco, y comprendía porqué. Ambos habían pasado por lo mismo.

Como recordaba que Kanda le había citado esa noche en la habitación de éste, Yoruichi acudió puntual a la citación, presentándose ante la puerta de la habitación del peliazulado, cuyos aposentos estaban justo al lado de los de ella. Llamó suavemente, dos veces, con los nudillos, esperando paciente. No le gustaba nada llegar tarde a las citaciones, reuniones y cosas así. Ella siempre era puntual, siempre estaba tres o cuatro minutos antes.

Se abrió la puerta mostrando l Kanda real, al que le gustaba a ella.
-Hola, llegas a tiempo...

La Capitana asintió y pasó a la habitación. Recorrió la habitación con sus ojos azabache. Era la primera vez que se adentraba en la habitación de su único y mejor amigo Kanda Yuu. Los cristales de unas ventanas no muy altas eran violeta y azules,, las paredes negras o azul marino mostraban alguna que otra pequeña grieta nada importante, la cajonera, encima de la cual estaba un reloj de arena vacío en el cual estaba suspendida una flor de loto a la que se le caían poco a poco los pétalos, era marrón oscuro y la propia habitación junto con su mueblado como la cama, el armario y demás estaban limpios y en orden, idéntica a la habitación de Yoruichi. La Luna exhalaba una luz plateada desde los cristales azules y violetas, que daban iluminación correcta a la habitación.

La Capitana se giró, ya que se figuraba perfectamente lo que significaría esa flor de loto: era el tiempo restante de vida de su amigo. Y de éso no había dicho nada a nadie, sólo existía tal secreto entre el peliazulado y la morena con leves tonos azulados del cabello.

SHIHOUIN YORUICHI:- Me alegro de estar puntual. No me gusta llegar tarde a ningún lado.- comentó la Capitana mirando a los ojos a su único y mejoir amigo, a quien hacía un tiempo que no hablaban de verdad, como en los viejos tiempos.

Yoruichi sonrió ante ese recuerdo.

Ella asimismo había visto a esa mujer que veía a menudo Kanda, no con mucha claridad. Se lo pasaba bien con Kanda y con Alma cuando los tres eran unos críos. Ella siempre vestía al estilo ninja, con ropajes negros ajustados y zapatos negros de tela. No se les ve la ropa interior blanca que sí presentan los demás ninja de otros escuadrones, y la faja es negra en lugar de blanca. Igualmente, vestía un pañuelo que cubre la parte inferior de la cara y en ocasiones también la superior, dejando tan sólo los ojos azabache a la vista. Para facilitar un movimiento fluido y silencioso, llevaban en las piernas y los brazos piezas de tela más ceñidas.

Jamás se perdonaba dejar atrás a Alma ni a Kanda, pero.. ¿qué elección tenían si Alma ya había sido alcanzado por los Cuervo, habiendo él rogado a Kanda y a Yoruichi que escapasen antes de que sea demasiado tarde y a tiempo, que él estaría bien?

SHIHOUIN YORUICHI:- "Lo siento..."- pensó para sí misma, recordando lo que había pasado esa noche.

Su apariencia actual es justo la contraria a la de aquel entonces, al proyectar una imagen de mujer fuerte, independiente e implacable. Por ahora, diez años más tarde, como líder de los Ejecutores vestía el mismo uniforme, aunque con los hombros y la espalda descubiertos, debida al uso del Shunkō, una técnica avanzada que combina el combate cuerpo a cuerpo con el Kidō, dando como resultado una alta concentración de energía espiritual en estos lugares, que destruiría toda la ropa que los cubriese.

Y era verdad que si Kanda se desviase del camino, ella misma en persona estaba dispuesta a ayudarle en lo que fuera posible, a seguir adelante. Ella le tenía ese especial cariño, y mucho respeto sobre todo. Nada más ese dicho recuerdo cuando era pequeña le remordía la conciencia, pese a que su rostro seguía igual de neutro, mas tenía la sensación de que Kanda sentía lo mismo.

Le miró y desvió la mirada hacia el obscuro cielo por la ventana de cristales violáceos y azules. No faltaba ni sobraba decir nada al respecto, pues ambos habian tenido que soportar terribles y largas experiencias, y ahí estaban. Toda palabra, estando ellos dos solos, podía ser entendida mediante miradas. Recordaba al menos que ella estaba siempre al lado de Kanda cuando él estaba solo, y no hablaba más de lo necesario, como ahora. Recordaba cuanto había pasado en aquella sala.

Perfectamente estaba más seguro con él que con otra persona, no sabía porqué exactamente, pese a no mostrarlo exteriormente.

El ambiente era cada vez más tranquilo, aunque se notaba cierto aire tenso y angustioso, que quizás estaría relacionado con algún estúpido Akuma y ese gordinflón del Conde, ¿Y por qué no? Con la Familia de Noé. Estaría en alerta por si las moscas. El fresco aire venido de una ventana semiabierta le resbalaba una fina lágrimas por una mejilla de la chica, que, disimuladamente, se limpió. No sabía bien lo que pasaba. No se volvería débil con tanto que había entrenado y soportado.

- "Son cosas del pasado, lo sé. "- pensó para sí misma- "Recuerdo bien aquel día. Es inevitable."

-Yoruichi-san...-

El que Kanda le llamaba la sacó de sus pensamientos, aunque ella sentía lo mismo, se conocían desde hace muchísimo tiempo, y sólo con mirarle podía saber lo que estaba pensando Esa terrible noche era recordada por ambos.

SHIHOUIN YORUICHI:- Dime, Kanda-san.. Por tu rostro me temo que recuerdas esa noche, si no me equivoco. Alma no tendría que haber desaparecido ni arriesgado su vida por nosotros.. sé que es frustrante.. Pero al tener indicios de tu hermana, Ayame, que es una Tercera Exorcista, según creo, es evidente que de alguna forma Alma está vivo, pero dormido en alguna parte de la Rama Asiática. - le contestó ella mirándolo a los ojos azabache, tan profundos y brillantes como la noche que comenzaba a presentarse poco a poco, con la luz de las estrellas y la plateada luz de la Luna en cuarto creciente. Ella sabía bien las palabras indicadas para animar a su mejor amigo, aún cuando ella estaba llorando o triste.

Se sentó a su lado en la cama donde él estaba sentado y, aunque sin decir nada, le abrazó por los hombros cálidamente para transmitirle que jamás les perdería, ni a ella ni a Ayame, quería asimismo mostrarle su apoyo incondicional, estar siempre con él, aunque ese pensamiento le ruborizaba las mejillas un poco.

SHIHOUIN YORUICHI:- Dime. Lo que tengas que decir, te escucho- dijo, silenciando al segundo, para escucharle atentamente lo que tenía que decir, aunque sospechaba que le resultaba un poco tímido de decirlo, de modo que le animó a decirlo con la mirada. Sabía cómo se sentía, . Le miró a los ojos, intentando leer qué era lo que pensaba, quizás era algo similar a lo que sentía ella. A Kanda le quería, le amaba, aunque era demasiado cobarde para decírselo, . Probablemente ninguno de la Orden le quería del modo que lo hacía con Kanda, con ese respeto, admiración y cariño; sí, le tenía ese especial cariño por él.

creo...creo que...me gustas...-

Escuchó las palabras de Kanda con atención y sus ojos se abrieron más de lo normal. A él le gustaba ella y ella sentía lo mismo por él, de modo que, y aunque ruborizada, le comentó.

SHIHOUIN YORUICHI:- Yo.. Bueno.. A mí también me gustas,.. y mucho. Te quiero y te amo mucho.. No soportaría verte mal ni nada,.. mi corazón se pariría si te fueses para siempre..-le dijo, consciente de que se estaba ruborizando un poco más de lo que estaba. Quería tanto a Kanda, pues su corazón latía con fuerza en ese instante, y lo único real que veía era a él, al mismo Kanda. El tiempo parecía enlentecerse un poco.

SHIHOUIN YORUICHI:- Y aún lo conservamos, Kanda. ¿Me quieres? - le preguntó mirándole a los ojos, dejando que Kanda le tomase de una manita. Kanda era lo único real que existía en esos instantes. Alzó su manita libre y le acarició una mejilla al peliazulado, de igual modo que acariciaba su manita.

Se sonrojó bastante aunque cerró los ojos correspondiendo a ese beso que probablemente era sincero y verdadero, de la misma forma dulce, tierna, sincera, verdadera y cariñosa que ella le correspondía al mismo. Ella también le quería, le amaba con toda su alma. Sentía que era lo único real: una mano sen su cabello y otra a sus espaldas, acariciando los mismos suavemente, quería sentirlo muy cerca de ella.

Se dejó recostar suavemente en la cama de Kanda, sonrojada por el lametón de éste el el cuello de la Capitana y le abrazó tiernamente acariciando su cabello y sus espaldas por encima de la ropa.

SHIHOUIN YORUICHI:- Y yo a ti, mi Kanda-kun- le susurró ella dejándose llevar por el amor que le profesaba a su chico.