Paseando /Rol Kanda Yuu y Shihouin Yoruichi/

Había salido del obscuro y enorme edificio de la Orden tras haberse presentado ante Komui Lee, el Supervisor. Aquella actitud no le gustaba para nada. Había escuchado decir que era un payaso de poca monta, lo cual estaría de acuerdo con ese argumento, aunque asimismo había algunas veces en las que el chino era especialmente serio.

Salía al Bosque que circundaba la Orden seria y mas bien pensativa, sintiendo que Kanda estaría allí entrenando o meditando, y por tanto no le molestaría. Ella respetaba mucho a su nipón espadachín mejor amigo, y lo admiraba, le tenía un cierto cariño, y quizás ningún otro miembro de la Orden le tendría ese cariño que le tenía ella. Parecía que ambos se entendían perfectamente, se conocían pues desde críos. Conocía su historia,.. cuánto había sufrido, que era en casi en el mismo grado que ella.

En sonido de unos zapatos chinos tradicionales se resonaba a conjunto con el poco viento, que asimismo tintineaba las anillas dforadas del cabello de la Capitana, así como la kodachi que llevaba consigo a las espaldas. Observaba al frente, seria, pensativa.. quizás recordando el pasado.. aunque quizás no sea tiempo para recordar. Estaba en "casa", la Orden Religiosa Oscura. Ella era una Exorcista, una sirviente de Dios apra combatir contra aquellos que habitan en la oscuridad.

Se detuvo, y observó sus largas garras de la mano derecham recordando asimismo que ella, como Kanda, había sido víctima de un experimento.. y a cuyos miembros no perdonaría jamás.. Con la sangre hirviendo, cerró el puño con rabia, aunque su expresión facial era la misma.

Se detuvo en uno de los claros y se asentó bajo uno de los robustos árboles, meditando, bastante seria y con la mirada un poco ausente.

Continuaba meditando desde su posición, limpiando su mente y fundiéndose con el tranquilo ambiente del bosque. No abrió la boca, para nada, aunque le aliviaba y alegraba sentir a su único y mejor amigo de la infancia.

Abrió uno de sus ojos azabache deteniéndose de meditar. Sentía cerca la presencia de su amigo de la infanzcia y pensaba que éste tendría que hablar con ella tras un tiempo.

SHIHOUIN YORUICHI:- Cuánto tiempo sin vernos, Kanda. Me alegro de volver a verte- comentó ella como saludo, y es que le aliviaba la sola presencia de su único y mejor amigo Kanda de la infancia. Le respetaba y admiraba, y le tenía cierto cariño, un cariño especial que probablemente nadie de la Orden tendría con él.

Yoruichi abrió ambos ojos y desvió la azabache mirada hacia Kanda, quien se había asentado a su lado.

SHIHOUIN YORUICHI:- Bueno, podemos hablar de lo que prefieras. Además tú nunca me molesta siendo como eres, ni me interrumpes en la meditación. Con gusto la he detenido.- respondió ella calma y sinceramente mirándole a los ojos.

-no se que podemos hablar, pero sinceramente ha pasado mucho tiempo...

Le miró a los profundos ojos negros azabache, y tenía razón. Había pasado mucho tiempo desde que no hablaban ni nada.

SHIHOUIN YORUICHI:- Sí. Tienes razón. La verdad es que añoro esos tiempos en que hablábamos casi siempre, alejados de Tiedoll y de Marie. Pero, en fin,.. es cierto que ha pasado mucho tiempo..

SHIHOUIN YORUICHI:- Nada en especial. Misiones, reuniones con el resto de Capitanes, pero demasiado tranquilo- Respondió la chica mirándole sin temer a aquella mirada tan seria, fría y arisca como el propio Kanda. No le temía, mas bien le respetaba, le admiraba e incluso le tenía cierto cariño.- Ese gordinflón del Conde está planeando algo, indudablemente.

Yoruichi asinte estando segura de ello y de sí misma

SHIHOUIN YORUICHI:-¿Y tú qué tal, Kanda?- preguntó ella mirándole a los ojos que tanto le gustaban

Yoruichi comprendía las palabras de Kanda.

SHIHOUIN YORUICHI:- Entiendo. Los Hollow asimismo con un problema. Dicen que el ex-Capitán de la Quinta División, Sousuke Aizen, que traicionó al Seireitei, está cooperando con el Conde para crear una nueva y poderosa clase de seres, medio Akumas, medio Hollow.. Aún no se sabe mucho del tema ni lo fuertes que pueden llegar a ser- comentó la Capitana, seria y pensativa.

Asiente.

SHIHOUIN YORUICHI:- Tienes razón. Y si nos toca combatir, los derrotaremos en menos de lo que canta un gallo- comentó la Capitana muy segura de sí misma.

Yoruichi asintió estando de acuerdo con su único y mejor amigo.

SHIHOUIN YORUICHI:- Estoy de acuerdo. Solo son meros cabos de un ejército, son simples chatarra. - comentó la chica alzando levemente a un cielo cada vez más negro y salpicado de estrellitas y predominando la enorme Luna Llena

Yoruichi asintió y le miró a los ojos, comprensivamente.

SHIHOUIN YORUICHI:- Tienes razón. ¿Te parece bien si damos una vuelta por ahí? No pongo en duda que en la Orden se está liando por los gritos y el jaleo que se escucha desde aquí- propuso ella, quizás adivinando lo que pensaba Kanda.

Yoruichi se levantó cogiendo la manita de Kanda, lista para ir con él a dar una vuelta, quizás a donde les lleve el camino. Le gustaba la compañía y presencia de Kanda, así como la temperatura que emergía, pese a ser tan frío, serio y arisco. Ella asimismo era así, o muy parecida a él.

Le gustaba la compañía y presencia de Kanda, así como la temperatura que emergía, pese a ser tan frío, serio y arisco. Ella asimismo era así, o muy parecida a él.

Parecía que no andaban hacia ningún lado, aunque aquello parecía que no importaba demasiado. Cada vez se adentraban más en el bosque de la Orden, hasta toparse, en el centro de éste, un enorme lago de aguas cristalinas y al parecer era el sitio más tranquilo, silencioso y calmo para dos personas como Kanda y Yoruichi.

Sus mejillas se tornaron de un leve tono sonrosado, levemente, por unos segundos, pensando, aunque, a decir verdad, no debía pensar cosas que no debía, no delante de Kanda ni de nadie. El rubor cesó en unos segundos y ella alzó la mirada al frente, observando ese enorme lago.

Se detuvo frente a las aguas cristalinas de ese enorme lago, al lado de Kanda, al lado de quien se sentó, y sin darse cuenta que acariciaba, todavía, la manita de él.

SHIHOUIN YORUICHI:- Este sitio es perfecto para venir a menudo, ¿no crees?- inquirió la Capitana desviando su mirada azabache hacia su mejor amigo Kanda, y no ponía en duda de que él pensaba lo mismo, incluso tenía esa sensación.